Si en el año 1995 la victoria fue gracias al talento interior (Arlauckas y Sabonis), ahora la gran calidad exterior (Carroll y Nocioni) han servido para dar el título continental al Real Madrid. El partido arrancó tal y como marcaba el guió con Spanoulis protagonizando el primer ataque griego, pero las acciones fueron en vano y la defensa blanca se sobrepuso al ataque heleno y Felipe Reyes fue el encargado de abrir la final con una canasta. Tres ataques griegos seguidos y tres anulaciones por parte de la defensa blanca, hicieron que el Real Madrid tuviera un buen inicio de partido hasta que Stafairopoulos cambiara la táctica del equipo y diera entrada a Matt Lojeski; los de El Pireo mejoraron mucho en el apartado ofensivo y perforaron la defensa merengue, en la zona los helenos hicieron mucho daño al equipo blanco y enseguida el Olympiako le dio la vuelta al marcador. Llull y Carroll salieron al rescate blanco y varias penetraciones a canasta junto con los lanzamientos exteriores dotaron de más dinamismo el ataque del Real Madrid, pero los griegos se mantuvieron lo suficientemente fuertes para cerrar este primer cuarto con ventaja (15-19). En el segundo cuarto, ambos equipos rotaron a sus jugadores y sacaron a los reservas. Era el momento de demostrar cómo de profundas eran las plantillas y ahí sacó ventaja el Real Madrid, un 7-1 de parcial liderado por Maciulis y Nocioni provocó que el encuentro se empatara a 22. Stafairopulos se vio obligado de nuevo a poner en pista a Spanoulis y a Petway a marcar a Nocioni; el jugador argentino no se dejó intimidar por nada y sus puntos y tapones ayudaron mucho al equipo dirigido por Pablo Laso a liderar de nuevo el luminoso. El lituano Maciulis era el escudero del argentino y entre ellos dos hicieron que el equipo blanco fuera aumentando la renta de puntos sobre los griegos, de tal modo que el entrenador de Olympiakos tuvo que refrescar las ideas ofensivas de su equipo y Otello Hunter anotó una canasta para los helenos tras cuatro minutos sin hacerlo. El Real Madrid proseguía con su alta intensidad de juego y KC Rivers con un triple puso al descanso un marcador de 35-28.
Tras la reanudación, empezó a quedar patente la diferencia entre un equipo y otro. La buena defensa del equipo blanco, permitió que los hombres de Pablo Laso ahogaran durante varios minutos al Olympiakos; Rudy Fernández con un triple hizo que el Real Madrid superara la barrera psicológica de los diez puntos. Los griegos no daban nada por perdido ni muchísimo menos y sendos triple de Sloukas y Lojeski hicieron un parcial de 0-12 para los de El Pireo, de esta forma los helenos volvieron a recuperar el control del partido y ponerse de nuevo por delante. El Real Madrid se vio muy favorecido por los ánimos de su afición y los contraataques de Sergio Rodríguez permitieron al equipo merengue anotar 11 puntos seguidos para volver a liderar el luminoso al final del tercer cuarto (53-46). En los primeros minutos del último período, el Real Madrid hizo una buena combinación de juego interior y exterior; los puntos de jugadores como Slaugther, Sergio Rodríguez o Nocioni situaron de nuevo a los blancos diez arriba en el marcador. El Olympiakos lo intentó en numerosas ocasiones, pero el tiempo corrió más que las anotaciones griegas y la ventaja blanca apenas si se veía reducida. Spanoulis intentó ser el que el Viernes había remontado nueve puntos al CSKA Moscú, pero el Real Madrid tiró de garra y a dos minutos para el final el marcador reflejaba un irremontable 71-55. Los cánticos de "Olé" y de victoria se notaron mucho en los instantes finales, por lo que el equipo de Pablo Laso se motivó más todavía y siguió mostrando un brillante juego,como en casi todo el partido, que le valió para la consecución de su novena Euroliga.
En Twitter: @Danielbm200
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