lunes, 26 de diciembre de 2016

Los Celtics derrotan a unos Knicks muy luchadores

                                                                                   
Los New York Knicks cayeron derrotados ayer por 114-119 ante los Boston Celtics en el partido correspondiente al Christmas Day de la NBA disputado en el Madison Square Garden, pese a la derrota los neoyorquinos no dejaron de pelear en todo momento. Carmelo Anthony (29 puntos y 7 rebotes) brilló en los Knicks y Willy Hernangómez no tuvo una buena noche (0 puntos en tres minutos y medio de juego), mientras que en los Celtics destacó Isaiah Thomas (27 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias).

Fueron los locales los que comenzaron mejor el choque. Los Knicks iban bajo la dirección de Rose y el buen trabajo interior de Porzingis, mientras que los Celtics cometían ciertos errores y de esa manera su rival se les alejaba. Jae Crowder desde el exterior se encargaba de anotar los puntos para los de Boston, aunque eso no les era suficiente y se llegó al final del primer cuarto con un marcador de 28-22. En el segundo cuarto, los Celtics se pusieron manos a la obra y el base Isaiah Thomas llevaba la batuta del equipo dirigiendo y anotando; el dominicano Al Horford le ayudaba con su buen trabajo interior y en poco tiempo le dieron la vuelta al partido. Los de Nueva York habían bajado su intensidad de juego y eso les pasó factura, los puntos de Carmelo y Rose no eran suficiente y los de Boston se marcharon al descanso con un +8 de ventaja (48-56).

Tras la reanudación, los Knicks volvieron a exhibir su mejor juego y el buen trabajo de Porzingis y Carmelo permitió a los locales ir poco a poco recortando la renta visitante. Los Celtics resistían las embestidas de su rival y gracias a Marcus Smart y Kelly Olynyk, los de Boston impidieron que su oponente le diera la vuelta al partido y de este modo se llegó al final del tercer cuarto con un resultado ajustado de 86-88. Buena defensa, esa fue la clave de la victoria de los Celtics, ya que en el último período los locales no se rindieron y buscaron con ansia el triunfo. Porzingis y Carmelo lo bordaban en la pintura, pero quizás los neoyorquinos echaron en falta el acierto exterior y de haberlo logrado posiblemente el resultado final hubiese sido diferente.

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