Clara superioridad de los Timberwolves desde el inicio del partido. Los de Minnesota superaban a su rival en todos los aspectos de juego, especialmente en la defensa haciendo que los Nuggets se estrellaran una y otra vez. Ricky Rubio dirigía los ataque de los Wolves ayudado por Wiggins desde el exterior y Towns en la zona, de este modo los visitantes superaban a los Nuggets por diez puntos al final del primer cuarto (16-26). En el segundo cuarto, los de Denver mejoraron en el apartado ofensivo, pero no fue suficiente ante un equipo de Minnesota que no bajaba su intensidad defensiva. Gallinari y Barton anotaban puntos para los Nuggets y Kevin Martin y Wiggins lo hacían para los Wolves, de esta forma la diferencia entre ambos equipos no se redujo y se llegó al descanso con un marcador de 39-49.
Tras la reanudación, los Timberwolves volvieron a mostrarse tan letales como en el primer período y combinando ataque y defensa siguieron ampliando la ventaja de puntos. Wiggins y Towns lideraban el ataque del equipo de Minnesota y los Nuggets apenas si podían sobrevivir gracias a la dirección de Mudiay y a la entrada en pista del galo Lauvergne que anotó varias veces de forma consecutiva. Al final del tercer cuarto el resultado era de 63-79. En el último período no hubo nada que destacar y los dos equipos no se emplearon muy a fondo; los Wolves defendía bien para mantener la renta y los Nuggets intentaban maquillar algo el resultado, no lo consiguieron y los de Minneapolis aumentaron su ventaja en un punto para colocar el resultado final.
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