Al Laboral Kutxa le costó entrar en el partido hasta que Bourousis anotó la primera canasta a los cinco minutos de juego, mientras que el Olympiakos se divertía anotando. El partido se puso muy loco con una errática sucesión de errores por ambos bandos que secaron la anotación durante cinco minutos. Ninguno de los dos equipos logró encontrar el aro para cerrar el primer cuarto en un partido alejado de cualquier parecido con el baloncesto con un marcador de 12-6. En el segundo cuarto, se atascó el Laboral Kutxa en ataque con seis minutos de sequía ante un Olympiakos que se sintió cómodo para ir estirando la brecha y poner tierra de por medio (19-8 en el minuto 12). Encontró unos minutos de cordura el cuadro vitoriano para acercarse en el marcador a solo cuatro puntos (23-19 en el minuto 15). Sin embargo de nuevo apareció la versión menos reconocible del Laboral Kutxa que recibió un parcial de 13-3 y llegó al intermedio con la máxima desventaja del partido y un resultado de 36-22.
Tras la reanudación, no encontró tampoco la manera de
centrarse el equipo de Perasovic y el Baskonia estaba muy
desorientado en ataque y con un pésimo bagaje anotado con solo 28 puntos
anotados en 27 minutos de partido. Los griegos mostraron una vez más su
maestría a la hora de jugar duelos a bajas revoluciones y saber gestionar una
cómoda renta que no vieron disminuir (44-28 a tres minutos de cerrar el tercer acto). Recuperó
la ilusión el Laboral Kutxa en ese tramo final con un parcial de 2-11 en el que
de nuevo un motivado Bourousis se reivindicó ante su exequipo y antigua afición
para llegar con opciones de aspirar al triunfo al final del tercer cuarto (46-39). Se reservó los mejores minutos el Laboral Kutxa para apretar
en firme en el último período y recuperar las opciones de pensar en el triunfo.
Hasta cuatro ataques desperdició para ponerse por delante en otros dos minutos
de juego tenebroso y repleto de errores por ambos bandos. Olympiakos acusó la
plaga de lesiones que asola su plantilla y para el tramo final perdió a su gran
referente Spanoulis, que enfiló renqueante el túnel del vestuarios. En medio
del festival de baloncesto sin control llegó agarrado el conjunto vitoriano a
los últimos tres minutos y medio. Sin embargo, dos triples de Mantzaris y Athinaiou cercenaron
las opciones de victoria de Laboral Kutxa, que entró en los 120 segundos
finales con media docena de puntos de desventaja. No estuvo atinado en la
resolución de las últimas jugadas y el Laboral Kutxa se aferró a salvar, como
mal menor, el basket average de siete puntos a su favor logrado en el duelo del
Buesa Arena con la vista puesta en un hipotético empate a triunfos al final de
la fase regular entre ambos equipos.
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