Gran comienzo del equipo tejano ante unos Knicks que fallaban constantemente en defensa. Los neoyorquinos se mostraban acertados en sus tiros, pero la táctica defensiva no fue la mejor y los Mavericks tenían vía libre para anotar ya que sus jugadores no sufrían un gran marcaje; el base Tim Hardway guiaba el juego de los locales, pero poco pudieron hacer para parar a unos tejanos que superaron los diez de ventaja al finalizar el primer cuarto (24-36). En el segundo cuarto nada cambió y el curso del partido se mantuvo más o menos igual, los Knicks seguían muy escasos en defensa y en ataque continuaban con sus buenos porcentajes de acierto, los Mavericks mostraron una gran fortaleza en el tiro exterior y al llegaron al descanso seguían dominando el choque sin bajar de la barrea psicológica de los diez puntos (44-54).
Tras la reanudación, los locales pegaron un bajón tremendo. A los Knicks no les entraba nada y los tejanos se paseaban por la pista a su antojo, de este modo los visitantes abrieron brecha en el marcador y comenzaban a aumentar de forma considerable su ventaja; ni si quiera dos tiempos muertos solicitados por Fisher pudieron parar la sangría y de esta forma el luminoso reflejaba un 68-81 al finalizar el tercer cuarto. El último cuarto fue un puro trámite, sobre todo para los Mavericks, ya que se encontraron con unos neoyorquinos totalmente aletargados y Rick Carlisle aprovechó para dar minutos a los jugadores menos habituales; no llegó en ningún momento la reacción de los Knicks y los visitantes pudieron aumentar su ventaja un poco más para poner el resultado definitivo.
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